El Negro pasado de López Obrador
-- EN SU JUVENTUD MATÓ A SU HERMANO MENOR Y A UN AMIGO DE LA INFANCIA
-- CUANDO FUE JEFE DE GOBIERNO DEMOSTRÓ SUS DOTES COMO MAESTRO DEL CHANTAJE, EL ENGAÑO Y LA EXTORSIÓN
Ciudad de México, 25 agosto (AMRA).- La sombra del descrédito se cierne sobre la figura de Andrés Manuel López Obrador. Quien ayer dijo que México podría despertar el próximo 17 de septiembre, con dos presidentes, hoy ha demostrado sus dotes como maestro del secuestro, el engaño, el chantaje, la extorsión, la violencia y el crimen, en perjuicio de los casi 103.1 millones de personas que habitan en el país.
Por primera vez en la historia política del PRD, sale a relucir a detalle, el negro pasado que intentó ocultar celosamente su ex candidato a la presidencia de la República; el mismo que antaño, trató de edificar “La Ciudad de la Esperanza y sentirse “indestructible”.
Es decir, aquel político que luego de ser desaforado y retirado de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, heredó a los capitalinos una deuda superior a los 13 mil millones de pesos, toda vez que durante los primeros cuatro años de su administración, no logró establecer un manejo sano de las finanzas públicas.
Por los mismos motivos, su partido, el PRD, también deja pendiente un finiquito de 30 mil millones de pesos, producto de sus siete años de mandato.
De acuerdo a datos que proporcionaron a este medio informativo, integrantes de la bancada priísta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), desde que López Obrador llegó al poder, la capital del país ha funcionado con un déficit permanente que incrementa el tamaño de una deuda que, eventualmente, se volverá insostenible.
Ello, porque la administración del tabasqueño no fue capaz de generar recursos propios para sanear las finanzas y utilizó falsas austeridades que solo fueron recursos no ejercidos, pese a que el Presupuesto de Egresos ordena dichos gastos.
De acuerdo a los diputados locales del partido tricolor, es muy cuestionable la aplicación del programa de austeridad “tan cacareado” que según Andrés Manuel generaría ahorros de 3 mil millones de pesos al año, que serían suficientes para saldar el recorte federal.
“La austeridad que promovió el ex jefe de Gobierno, sólo es elemento de discurso, mas no de polémica con resultados concretos”, argumenta el legislador Héctor Mauricio López.
El político tabasqueño –argumenta--, habló insistentemente de ahorros en la administración, pero en la realidad se trató de subejercicios, posposición de obras y otro tipo de acciones que generaron un efecto de “austeridad republicana”, pero que en el fondo, sólo se estancaron los problemas.
LA HISTORIA DEL PEJE
Andrés Manuel López Obrador nació el 13 de noviembre de 1953 en el poblado de Tepetitlán, municipio de Macuspana, Tabasco.
En 2000 asume la titularidad de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, con el apoyo del PRD, luego de haber sido presidente del PRI en su tierra natal, así como del mismo partido del sol azteca.
Cursó la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició su carrera política al colaborar activamente en la campaña electoral de Carlos Pellicer para la gubernatura de Tabasco.
En 1977 fue nombrado director del Instituto Indigenista de su estado natal y en 1984 emigró a la ciudad de México para asumir la Dirección de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor.
Conectado desde su época universitaria con el ala marxista dentro del PRI, --originada cuando el presidente Lázaro Cárdenas se alineó con la URSS en los años treinta--, colaboró primero con el gobernador Enrique González Pedrero en Tabasco, y más tarde se unió a la disidencia que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Vale dejar constancia que López Obrador --conocido popularmente como el “Peje”—no es ningún advenedizo en el cardenismo, toda vez que es nieto de José Obrador Revueltas, oriundo de Ampuero, Santander, quien militó en el Partido Comunista Español y llegó a México en calidad de exiliado.
Una vez en tierras aztecas, Obrador Revueltas gozó de la protección del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, a quien inculcó sus principios ideológicos de izquierda, junto con “Manuelita”, madre y educadora de López Obrador.
Su retiro de la política en Tabasco se dio no por la voluntad de alinearse con la disidencia de Cárdenas Solórzano, sino porque fue removido como presidente del PRI a petición de la mayoría de los mandatarios municipales del estado.
Ellos, le achacaban que como cabeza de partido querían controlar su desempeño y los presionaba para aplicar sistemas de organización social que había aprendido en sus viajes a Cuba.
Entre los alcaldes que m{as lo cuestionaron estuvieron Eugenio Amat de la Fuente, de Ciudad Cárdenas, y Abenamar de la Fuente Lazo, de Humanguillo, habiendo salido estos hechos a la luz pública en 1988 y en 1994 en que “El Peje” contendió sin éxito a la gubernatura de su estado natal.
Obviamente, dejó bien colocados en el régimen priísta a un buen número de seguidores que cuando decidió radicar en la ciudad de México, le mostraron su gratitud con envíos puntuales de dinero.
Muy diversos y complejos han sido los aspectos de la conducta de Andrés Manuel, sea en su época como priísta de oportunidad y a partir de su inserción en el campo opositor, pero como todos ellos inciden en su accionar político, porque no pone límite entre su personalidad privada y la pública, es prudente diseccionarla por capítulos conforme a los hechos más sobresalientes que ha protagonizado.
AGITADOR PROFESIONAL
De acuerdo a la opinión de psicólogos, López Obrador es un subversivo nato hacia cualquier ordenamiento de la sociedad en que vive.
Este concepto médico es reforzado con una síntesis de sus revueltas más conocidas a partir de que se incorporó al PRD.
A) Después de perder la elección en Tabasco durante 1988 y asumir la presidencia del partido del sol azteca, aprovechó las marcadas deficiencias de gobierno y de divisionismo en el PRI para provocar desestabilización e ingobernabilidad en el estado. Para ello se dedicó durante más de dos años a promover marchas, plantones, mítines, bloqueos de carreteras, invasiones de tierras, secuestros, golpizas, extorsiones y muchas formas de hacer “política” delictuosa por todo el territorio tabasqueño, hechos que quedaron registrados en la prensa local y nacional. Aun así, su partido perdió las elecciones en 1991.
B) En 1991 promovió y llevó a cabo el Exodo de la Democracia que consistió en una marcha que partió de Villahermosa a la ciudad de México con sólo 150 personas, pero al cruzar los estados de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, lo hizo engrosar con sus aregnas antigobiernistas a cerca de 5 mil personas, en su mayoría desocupados e indigentes que entraron a la capitales 5 de enero de 1992, gritando slogans del PRD así como vivas a López Obrador y al Ché Guevara, al tiempo que exigían la renuncia del gobernador tabasqueño, Salvador Neme Castillo, quien lo había derrotado en las urnas.
Ocuparon la Plaza de la Constitución, corazón de la capital mexicana y se sostuvieron mediante las generosas dádivas de los priístas que querían quitárselos de encima y de los perredistas que les pagaban por no regresar, lo que al fin ocurrió el 28 de enero, fecha en la que Neme Castillo renunció y Andrés Manuel López Obrador levantó la ocupación cargado de dinero y de “prestigio” entre la izquierda.
c) El 1° de septiembre de 1993 fueron secuestrados en Villa Benito Juárez, Tabasco, 17 jóvenes profesionistas enviados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos para verificar denuncias de campesinos damnificados por obras de Petróleos Mexicanos. El secuestro fue cometido por secuaces del “Peje”, quienes durante seis días llevaron amordazadas a sus víctimas hacia diversos pueblos, donde les interesaba presionar a PEMEX para que entregara “indemnizaciones” a miembros del PRD, equivalente a 12 mil millones de pesos. Los infortunados fueron liberados por los cuerpos policiacos.
Mucha gente pidió en las calles que se encarcelara a López Obrador, pero como actuaba impunemente, presentó de nueva cuenta su candidatura para gobernador con el lema “Trabajo, Honradez y Justicia”, y se renovaron las marchas, plantones y agresiones violentas contra la ciudadanía.
D) Los actos más agredidos por AMLO para presionar por la obtención de la gubernatura, fueron la toma y en no pocos casos, el incendio de pozos petroleros --que eran propiedad de la nación--, a manos de fuerzas de choque del PRD que personalmente incitó y envió los campos de PEMEX a plena luz del día.
Nadie daba crédito a tanta barbarie, pero igualmente nadie hizo nada por impedírselo. El propio presidente Ernesto Zedillo actuó con flaqueza, olvidó la ley y el interés nacional y detuvo las averiguaciones previas iniciadas por los ataques contra las vías federales de comunicación, daño al patrimonio del Estado, amenazas cumplidas y otros más.
Con ello, el “Peje” quedó con tanta impunidad y tan ensoberbecido que días después envió a su incondicional Julio César Alvarez Santos y a una turba de perredistas a tomar las instalaciones de la petroquímica de ciudad PEMEX donde causaron destrozos a la paraestatal y a numerosos comercios privados.
El bloqueo culminó con una marcha hacia Villahermosa donde exigieron de PEMEX y del gobierno de Tabasco, la astronomía cifra de 225 mil millones de pesos para repartir entre 7 mil perredistas que entregaron jugosas sumas a su líder “defensor de la honradez y la democracia”.
Y así desde 1993 a 1995 llegaron a acumularse 247 denuncias contra López Obrador y sus colaboradores, mientras que en 1996, se le adjudicaron otras 100 de estas, sin que por eso, haya sido encarcelado.
Existen constancias de que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, el ex titular del entonces denominado Departamento del Distrito Federal (DDF), Manuel Camacho Solís y PEMEX entregaron cuantiosas sumas de dinero a López Obrador para que contuviera los desórdenes e indemnizara por el “desgaste físico” que sufrieron sus manifestantes y alborotadores. Nunca se conoció el paradero de ese dinero.
Con mucha razón, el escritor Rafael Loret de Mola, al presentar a principios de 2004, su libro “Destapes” afirmó que Andrés Manuel “es un hombre que cuenta con tan extraordinaria capacidad de insubordinación que podría llevar a México hacia una racha de barbarie”.
Bajo el título “López, 10 años de Violencia Callejera”, el extinto rotativo La Crisis publicó un amplio reportaje firmado por el periodista Mauricio Laguna Berber, sobre el negro historial del ex jefe de Gobierno.
En la publicación se narra la década en que a “machete limpio” y otro tipo de armas blancas, sus seguidores arremetían contra los trabajadores de Petróleos Mexicanos, así como del terror que sembraron sus huestes en muchas comunidades sureñas.
ANTECEDENTES CRIMINALES
Si bien en las acciones subversivas hasta el momento reseñadas, el protagonista de esta historia cometió delitos por propia mano --en su calidad de agitador social--, existen otras acusaciones que ensombrecen más aún el panorama y que igualmente quedaron impunes, pero que no pudieron ser cubiertas con el “velo político”
El día 9 de julio de 1969, según una publicación alterna de El Universal, o cuatro años antes según otras versiones, Andrés Manuel y su hermano menor José Ramón, jugaban con una pistola propiedad de su padre.
Cuando de pronto, cayó al suelo José Ramón y con un balazo en el pecho, que lo privó inmediatamente de la vida.
Manos misteriosas hicieron desaparecer todos los archivos de esa época en Tepetitlán, e inmediatamente se hizo saber a los habitantes que el suceso había sido un accidente.
Sin embargo, inevitablemente también comenzaron a surgir versiones de que eso se trató de una venganza de Andrés Manuel, quien siempre sostenía fuertes riñas con su consanguíneo.
Por el hecho, López Obrador fue encarcelado, pero muy pronto liberado por la intervención de don Diego Rosique, hombre influyente de la región. La situación se tornó tan abrumadora que la familia se vio obligada a cambiar su residencia.
Otro suceso que no pudo ser encubierto en su totalidad, fue el que se presentó también en Tepetitlán, donde Andrés Manuel se lió a golpes con un joven llamado José Angel León Hernández.
En el incidente intervino Carlos Manuel Rovirosa, quien al percatarse de lo ocurrido se acercó al sitio y separó a ambas personas.
Sin embargo, Andrés completamente iracundo, cuando ya se marchaba, repentinamente se volteó y lanzó una pelota de beisbol a la nuca de su rival, quien inmediatamente se desplomó inconciente.
José Angel, quedó mal herido, tendido en el suelo y nunca más pudo recuperar la conciencia, toda vez que quedó en estado vegetativo, de lo cual se le derivaron ataques epilépticos.
Posteriormente, el estado del muchacho se agravó y en pocos meses, murió.
PERFIL PSIQUIATRICO
Por otro lado, cabe señalar que en abril de 2004, al calor de los debates provocados por los primeros “videoescándalos” que protagonizaron personas allegadas a López Obrador, un grupo de médicos especialistas entregó al periodista Blas Alejo Buendía, el resultado de un examen sobre el perfil psiquiátrico del perredista sureño.
Dicho estudio revela en una parte de su contenido que “Ser trata de una persona con una buena dotación intelectual cuyo pensamiento se encuentra formalmente estructurado”.
Es capaz, agrega el documento, de anticipar, organizar y planear sus acciones y considerar previamente las consecuencias de las mismas. Es capaz de hacer juicios y razonamientos lógicos aunque las funciones de sentido y prueba de la realidad aparecen distorsionadas por el manejo manipulador del razonamiento.
“Esto lo logra con una tendencia enmascarada de intenciones inconscientes o con intensiones de manipular conscientemente la imagen que presenta”.
“Mantiene una actitud de rebeldía, desplazando a figuras que representan autoridad y rechazo por las bondades de éstas. La dinámica subyacente es la del príncipe, que espera y desea la muerte del padre para poder ser rey y mientras el padre viva se obstaculiza el deseo”.
“Su actitud es la de alborotador que no encabeza el movimiento que provoca y se ubica como el que apoya a los otros. De hecho lo que hace es echar a andar a los demás, Tira la Piedra y esconde la mano, esperando que otros lo protejan”.
“Su competencia es desleal, pues está basada en el desprestigio del rival y no en la superación propia. Es un líder regresionador no progresista que lleva al contacto con los aspectos primitivos y a la pérdida de los reguladores adultos que son la madurez, la prudencia y la tolerancia”.
“Su propia necesidad egoísta, su ambición, su deshonestidad son vistas en los otros. Esto, para negar la envidia que siente por quien cumple con la función de gobierno y que le provoca el deseo de destruir y devaluar a quien posee lo que él desea, para así, no envidiarlo”.
“Es ingrato, no reconoce lo recibido como parte de la formación de su persona sino que se postula como quien se hizo así mismo y desconociendo a quienes le dieron trabajo, carrera y oportunidades”.
En el capítulo “Análisis sobre su Carácter”, el estudio menciona que “es ambivalente y conflictivo ante las figuras de autoridad. Está más orientado al personalismo que al proyecto comunitario aunque no vacila en utilizar este proyecto para su lucimiento, tiende a formar una imagen de redentor, grandioso y omnipotente”.
“Es capaz de ofrecer promesas mágicas como recurso para la seducción del auditorio, pero no se compromete nunca personalmente. Echar a andar a los demás y los hace pelear por él, manteniendo una postura de observador como si no participara de lo que provoca”.
“Se envalentona a distancia, cuando evalúa que no hay riesgo, pero evita el enfrentamiento directo y la confrontación. Es artero en el ataque y utiliza la calumnia con facilidad para desprestigiar a quien considera su rival”.
“Usa argucias, mañas y subterfugios de manera efectiva, es hábil en la manipulación para salir bien librado de la crítica. Se defiende bien y termina apareciendo como el auxiliar mediador del conflicto y las partes resultan las conflictivas”.
“Es de un carácter rebelde, intransigente e hipócrita que tira la piedra y esconde la mano”, concluye el análisis psiquiátrico.
EL INDESTRUCTIBLE
Ya como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, --a cuyo cargo llegó por la votación de masas empobrecidas y burócratas socializados—López comenzó a ser blanco de diversos ataques, debido al surgimiento de algunos “oscuros pasajes” de su existencia, situación que tildó de “calumnias al benefactor”.
Fue entonces cuando se hizo llamar asimismo, “el indestructible”, a sus principales enemigos “los innombrables” o “impronunciables”.
Además, delineó su plan para alcanzar la presidencia de la República en 2006.
Cabe señalar que el político sureño no debió ser aceptado en las elecciones de 2000, como candidato del PRD para ocupar la titularidad de la administración local, toda vez que no cumplió con el requisito de ser oriundo de la capital del país y tampoco tenía más de cinco años de residencia en la urbe. Hasta 1997 López Obrador se encontraba oficialmente domiciliado en su estado natal.
Sobre esta situación, hubo amplios y constantes debates en el Instituto Federal Electoral (IFE); pero la condescendencia de los partidos por un lado y el favoritismo hacia su persona por parte del también comunista José Woldenberg –entonces presidente de dicho órgano—le dejaron la vía libre hacia las urnas.
Esta situación arrojó los resultados que actualmente se padecen en la política y la vida cotidiana en la ciudad de México, hoy secuestrada en algunas de sus principales arterias, por una serie de campamentos provisionales que instalaron los integrantes de la Coalición por el Bien de Todos.
EL ORIGEN DEL COMPLOT
De acuerdo a investigaciones realizadas por este medio informativo, la historia del famoso complot, comienza en diciembre de 2004 con las imágenes de Cuauhtémoc Cárdenas, líder “moral” del PRD, en una Delegación de Policía, en donde trataba de aplicar sus influencias para liberar a un grupo de jóvenes que asaltaron una licorería, el cual era encabezado por su sobrino Johan Branef Batel.
Esto ocurrió apenas y algunos días después de que había ocurrido el linchamiento de tres agentes de la Policía Federal Preventiva en el pueblo San Juan Ixtayopan, --perteneciente a la Delegación Tláhuac-, ante la inoperancia de los cuerpos policiacos del DF así como del gobierno local.
En octubre, la Cámara de Diputados se cerró en dos ocasiones por la violenta toma de la tribuna por los mismos diputados del PRD que en septiembre 2004 habían saboteado el informe presidencial y durante los meses anteriores se había visto una constante pasarela de “videoescándalos” protagonizados por los hombres más cercanos a López Obrador.
En medio, sin embargo, de tan pesada atmósfera de desprestigio que envolvió al PRD por los actos delictivos y subversivos que cometieron sus líderes, resulta sorprendente que en ese momento el periódico Reforma, el New York Times y la cadena televisiva CNN en Estados Unidos, se hayan referido a Andrés Manuel López Obrador “como la primera opción del electorado mexicano para las elecciones de 2006”.
Y mucho más extraño, pero coincidente, resulta lo declarado por el presidente Vicente Fox en Brasil, en el sentido de que “México está preparado para cualquier forma de gobierno”, en obvia referencia al viraje de izquierda que invade a casi toda Sudamérica.
Hace cinco años, el PAN rompió la hegemonía del PRI con un candidato que alzó la bandera del cambio para lograr seguidores, pero su triunfo no se hubiera producido sin el apoyo y activismo de amplios sectores del clero político y la bendición complaciente del Departamento de Estado Americano.
El viejo liderazgo panista creyó que inauguraba una larga era política bajo su control, pero desde mediados del periodo foxista, ya nadie puede ocultar que el “barco hace agua” y que difícilmente llegará a su destino, lo que explica el dicho foxista: “México está preparado para cualquier forma de gobierno”.
Lo grave es que mientras el PAN sigue con su acumulación de derrotas electorales y sus presidentes, fracasos de gobierno, no hay en la atmósfera nacional ninguna iniciativa política, ni del PRI ni de ninguna otra corriente que presente propuestas constructivas para salir del pantano en que se encuentran la imprescindible reforma del Estado y la reconstrucción de instituciones que devuelvan a la ciudadanía la fe en la nación y en las autoridades.
Asusta que a estas alturas del sexenio, los grandes partidos sólo se ocupen de golpearse entre sí, engolosinados con sus posiciones, como si ya cumplieran con un papel de segundas figuras que ceden espacio a la proclama del “proyecto alternativo de nación”, Veinte Postulados Hacia un Cambio Verdadero, de Andrés Manuel López Obrador, del que ya se ocupan muchos medios y la Revista Memoria, del Partido Comunista, como vocero de avanzada.
De acuerdo a un análisis elaborado por el Frente Nacional Luis Donaldo Colosio , “da mucho qué pensar la indulgencia de los tres poderes frente a la agresividad de los perredistas en todo tipo de ámbitos. Insultan al presidente de la República, se amotinan en el Congreso, agraden a puñetazos a los legisladores, irrumpen con turbas en actos públicos, despilfarran el erario público, se venden al mejor postor y siguen impunes en su sitio con una que otra excepción”.
Ese sospechoso proceder conduce irremisiblemente a la ingobernabilidad y al caos social que es precisamente el caldo de cultivo para el desplome de las instituciones y el arribo de “cualquier tipo de gobierno”, como dijo Fox.
Este cuadro de descomposición que asoma en México, no es ninguna novedad para el continente americano, toda vez que en años recientes se pudo visualizar en países como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y especialmente en Venezuela.
En estas naciones, la omisión de los partidos tradicionales para resolver los problemas populares fue sustituida por el clamor demagógico de las organizaciones de izquierda que no tienen escrúpulo en ofrecer todo lo deseable al pueblo ingenuo y necesitado para hacerlo marchar por las calles, provocar desórdenes y arrancarles su voto.
Tal es la historia de los Chávez, Lula, Kirchner, Lagos, Gutiérrez, Vázquez y demás ex guerrileros que tras la caída del muro de Berlín se lanzaron a la implantación del socialismo por la “vía democrática”.
“Y como el camino más cómodo es el de las urnas, que todo blanquean, el muy conservador gobierno de Estados Unidos no sólo los acepta, sino que los defiende, como ya algunos círculos políticos de Washington y Nueva Cork comienzan a hacerlo con López Obrador”, manifiesta el Frente Nacional Luis Donaldo Colosio.
Conforme aparecieron las pruebas de la flagrante corrupción de los perredistas allegados al político tabasqueño, como Carlos Imaz, Gustavo Ponce y René Bejarano, se vio en los gestos del ex jefe de Gobierno el desdén por las acusaciones, como si él hubiera sido ofendido y no la sociedad.
Se negó a reconocer evidencias y nunca se deslindó de esos actos delictivos, pues solo se limitó a precisar que eran conductas ajenas a su gobierno, con lo que asumió implícitamente responsabilidades.
Cuando trató de desligarse de la situación, ya era demasiado tarde y urdió entonces la teoría de un “complot” para cerrarle el paso a la presidencia de la República, aunque nunca especificó quieren eran los complotistas. AMLO anda suelto.
JB/JVR/AMRA
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