El poder es repugnante, quizá por eso me hice periodista: Avilés Fabila
Por Georgina Hernández
Ciudad de México, octubre 22 de 2010.- Repugna el poder político, por eso es periodista; en la academia encontró la dignidad ausente en otras disciplinas, por ello es profesor; pero sobre todo está profundamente enamorado de la literatura fantástica, motivo de su más grande pasión: la escritura.
Con estas frases se definió a sí mismo René Avilés Fabila, Premio Nacional de Periodismo por Difusión de la Cultura en 1991, profesor distinguido por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en 2009 y autor de los libros Hacia el fin del mundo, Los juegos, Tantadel, El evangelio según René Avilés Fabila, El bosque de los prodigios, entre otros.
El pasado 20 de octubre recibió un homenaje por sus 50 años de actividad literaria, organizado por la UAM en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, el cual sirvió para la presentación de su libro De sirenas a sirenas.
La ceremonia estuvo presidida por el maestro Raúl Hernández Valdés, coordinador general de Difusión de la UAM; el maestro Bernardo Ruiz López, director de Publicaciones y Promoción Editorial de esta casa de estudios; el licenciado David Gutiérrez Fuentes, jefe de la Sección de Producción Editorial de la Unidad Xochimilco, y Mario Saavedra, director de Fomento Cultural de la delegación Miguel Hidalgo.
El maestro José Luis Cuevas se disculpó por no poder asistir, pero envió sus felicitaciones y cariño al profesor Avilés Fabila, quien explicó que se enamoró de la literatura fantástica gracias a la mitología de Homero, por todas esas figuras que habitaban en la Iliada y en la Odisea, las cuales lo cautivaron. La fascinación que éstas ejercieron sobre él lo impulsó a escribir.
De sirenas a sirenas representa el clímax de su exploración por los universos de la fauna fantástica, pasión arraigada desde sus primeros años como escritor. “El libro recoge cuentos que escribí hace 50 años y otros escritos hace dos o tres meses, es exactamente un periplo, el regreso a Ítaca de Ulises”, declaró.
La particularidad y el principal atractivo del texto radica en proponer una mitología mexicana prehispánica, una zoología imaginaria que pudo existir en la mente mágica de los primeros habitantes americanos, asegura Avilés Fabila en las primeras páginas del escrito.
“Me pregunté ¿por qué tengo que estar escribiendo sobre las mitologías occidentales, por qué tengo que estar trabajando sobre los bestiarios que bien conocemos? Sirenas, gorgonas, esfinges, lo de siempre. ¿Dónde está el bestiario prehispánico, dónde está la fauna que imaginaron los mayas, los aztecas o los incas? Entonces decidí hacer un bestiario mexicano prehispánico”.
La publicación está ilustrada por José Luis Cuevas, quien ya lo ha hecho para otros 16 libros del profesor de la UAM, y cuenta con prólogo del poeta Rubén Bonifaz Nuño.
La ceremonia, más que ser un frío homenaje protocolario, fue una acogedora charla entre amigos, un espacio de convivencia donde el escritor se mostró a plenitud frente a admiradores y colegas: departió con agudo e inteligente sentido del humor sobre su vida personal y profesional; sobre política y crítica literaria; hasta se dio tiempo de reírse de sí mismo.
“Me resistí a ejercer la profesión (Relaciones Internacionales), me ligaba demasiado al poder, y el poder es francamente repugnante, nunca lo he soportado y quizás por eso me hice periodista; es mi forma de desahogarme, de reclamarle al poder y la misma sociedad que también tiene sus culpas”, dijo.
“Nunca he leído a un crítico mexicano que hable bien de mí, a cada rato me encuentro con insultos extraordinarios y memorables. Pero por fortuna los intelectuales mexicanos son, como diría Hegel: confusos por razones de claridad”.
El escritor aseveró que los festejos del centenario y bicentenario han desatado la moda de la novela histórica, lo cual ha llenado las librerías de textos horrorosísimos, porque los editores creen que es lo que vende hoy.
“En algún momento aparecerán los críticos literarios profesionales, egresados de la aulas que puedan valorar la obra y cada libro que escribiste. Ya aparecerán también otros tipos de lectores, que me lean con ojos distintos”, confió.
El maestro Bernardo Ruiz López comentó que “escribir durante 50 años habla de un oficio apasionado, de un acto constante de atención, y de un diálogo permanente de la sensibilidad con la inteligencia en un homenaje a la vida. Escribir, como predijo Elías Canetti, es siempre un triunfo sobre la muerte y un inmenso deseo de pertenencia, escribir es perdurar, éste ha sido el oficio de René Avilés”.
El maestro Raúl Hernández Valdés parafraseó a Rodolfo Bucio: “como los grandes autores mexicanos, cada día, Avilés Fabila crea una leyenda de su propia vida; a veces dicen que lo ven en la Unidad Xochimilco, pero al mismo tiempo otros aseguran que está comiendo en un exclusivo restaurante de Tlalpan, mientras alguien cercano a él jura que estuvieron en una tradicional cantina; a todos, les creo.
“Por mi parte, tengo una cuarta opinión: René está con sus amigos, aquellos con quienes se siente a gusto, y estamos en todos lados con él, en una red de complicidades creativas que culminan en particularísimas celebraciones como ésta”.
-AMRA-
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