Encuentro del comercio formal e informal
Ciudad de México, octubre 16 (AMRA).- En este primer encuentro nacional del sector empresarial productivo y el comercio informal en la búsqueda de una unificación de la economía nacional, el Frente Nacional Comercio Informal (FNCI), adquiere el compromiso de regular lo que hasta ahora es el sector informal, que mantiene una alta presencia en nuestro país.
Síntoma de que el marco institucional en México no funciona de manera eficiente, la economía informal ha dejado atrás su carácter emergente como resultado de la falta de empleos o de empleos bien remunerados, para convertirse en un modo de vida para el 25 por ciento de la población en este país, los comerciantes en vía pública representamos el 30% del Producto Interno Bruto (PIB), según los cálculos más recientes del Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (INEGI).
En 1996 la participación del comercio no asalariado fue de más de 236 millones de pesos que representan el 18.3% del PIB total. Otros cálculos que se habían realizado para 1996, arrojaban que en el ámbito nacional el mercado informal representaría aproximadamente el 8.72% del PIB total.
La economía informal no es un fenómeno nuevo, su crecimiento se asocia al crecimiento de la población y el escaso crecimiento económico, pues no se generan en el sector formal los empleos que la gente demanda. En situaciones de crisis, la economía informal tiende a incrementarse, pues la escasez de fuentes de trabajo obliga a las personas a emplearse en actividades no reguladas.
Mientras la crisis económica continúe, la informalidad será una constante que seguramente no se reducirá con crecimientos modestos de la economía, pues la población sigue creciendo y con ello demandando fuentes de empleo, por lo anterior, debe enfatizarse las condiciones macroeconómicas e institucionales que fomenten el crecimiento económico, y propicien derechos y obligaciones propias de la economía.
De aquí la importancia de la participación del sector informal en la vida económica del país, y sus aspectos positivos deben rescatarse para apoyar a pequeños emprendedores que son los principales actores de un mercado democratizado.
La economía informal se ha convertido en una cultura y en una forma de organización que no es posible ignorar, también se ha incorporado a la vieja forma de hacer política y está insertada en la estructura clientelar de algunos partidos políticos.
Hablamos de más de 45 millones de mexicanos en la informalidad que, si bien tienen las ventajas del libre empleo, estos hoy no cuentan con seguridad social ni un sistema de pensiones, y producen lo suficiente para que el estado pueda costearlo. Injertarlos en la legalidad no solo implica cobrarles impuestos, sino incorporarlos en un sistema de seguridad social.
El beneficio de cobrar impuestos y gastarse lo necesario en el aparato para lograrlo, está más que justificado. Para incorporar la economía informal a la legalidad consideramos necesario:
Que el marco normativo sea justo y equitativo, de manera que tengamos incentivos claros para ser partícipes del desarrollo económico dentro de la formalidad. De esta manera el empresario informal puede saltarse los intermediarios políticos y, organizado, no tiene que pagar con votos o dinero una normatividad no escrita; sino por el contrario, obtener beneficios directamente de la legalidad.
Estudiar las características de la informalidad a fondo y diseñar políticas de apoyo y reformas legales que faciliten la entrada de microempresas a la formalidad con la seguridad de que su contribución en términos fiscales será retribuida.
El presidente Vicente Fox Quesada, planteo el 14 de febrero de 2005, una iniciativa para incluir el comercio informal en el sistema tributario, mediante una iniciativa o un decreto que integra conceptos como los de Hernando Soto, de la titulación del patrimonio de los pobres, la titulación del patrimonio convertido en pequeña y micro empresa de muchas familias, de muchas mujeres.
El Presidente prometió abrir las puertas de par en par a la economía informal para que se suscriba y forme parte de la economía formal.
El programa, contempla que las empresas y comerciante que operan en la informalidad paguen una cuota única bimestral que incluya el Impuesto Sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) e incluso las contribuciones por concepto de seguridad social.
El decreto redefiniría el actual Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos), que no ayudó en nada a incrementar el número de contribuyentes y la recaudación de impuestos.
El FNCI, le solicita al presidente electo Luis Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, retome la propuesta del comercio en vía pública de pago de impuestos acorde a un tabulador, y se garantice la seguridad social, esto es Seguro Social, e Infonavit.
La propuesta del Comercio informal en el país es obligaciones con derechos, no somos delincuentes, somos trabajadores, vivimos al día y en un clima de persecución, en el que nuestras familias sobreviven, los enemigos son el contrabando chino, narcotráfico, inseguridad y corrupción, no los trabajadores.
CEJ/JVR/AMRA
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